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Fernando Haldón, periodista: “La información es poder”

  • Foto del escritor: María Paula González Díaz
    María Paula González Díaz
  • 1 dic 2021
  • 13 Min. de lectura

Actualizado: 28 dic 2021

A lo largo de toda su vida ha trabajado en cadenas como Canal Sur y presentado diversos formatos y programas como "Casa Hermandad"
Fuente: María Paula González Díaz

Tras una etapa complicada, Haldón, se propuso darle un giro completo a su vida. Al iniciar sus estudios, su mayor propósito era que las personas tuvieran una buena visión de él. Lo que el periodista no sabía es que iba a vivir una serie de momentos fortuitos, y momentos de esfuerzo y trabajo, que le llevarían hasta su verdadera vocación: El periodismo. Desde entonces ha ejercido su profesión en diferentes sectores, comenzando en una televisión local como "El Viso del Alcor", pasando por la radio en Onda Cero y acabando como reportero en Andalucía Directo, dirigiendo su propia empresa en "Blogosur", y presentando su propio programa vía streaming con la "Casa Hermandad".


Pregunta: ¿Qué fue lo que le impulsó a estudiar periodismo?


Respuesta: Yo no empecé estudiando periodismo sino publicidad y relaciones públicas.

Empecé a estudiar eso, porque en mi época era la carrera que más nota pedían para entrar, me gustaba el tema de la imagen, la composición audiovisual… Durante mi adolescencia y juventud, tuvo una etapa de mi vida complicada, entonces a partir de los 14 años me propuse darle un giro a mi vida, para que lo demás tuvieran una visión buena de mi, y fruto de eso, fue el decir que iba a presumir de entrar en la carrera de mayor nota. Era como una declaración de que yo podía con todo.


P: ¿Acabó la carrera?


R: No, luego me cambié a periodismo, me di cuenta que me sentía mejor con esta nueva carrera, porque desde pequeño siempre me ha gustado intervenir en clase, me metía en todos los "fregados" y me sentía agusto delante de un micrófono o en un escenario.

Me cambié de publicidad a periodismo por una cuestión súper accidental. Una noche estuve en una fiesta donde había una serie de compañeros de otras carreras, y a las ocho de la mañana, dos chicas de comunicación iban hacer prácticas a "El Viso del Alcor", una televisión local. Entonces en medio de la fiesta dijeron que hacía falta alguien para que presentara los informativos y yo me animé. Fui a la entrevista y me cogieron, por eso, a partir de ahí, me cambié a periodismo, empezando a compaginar el estudio con mi trabajo en aquella televisión.


P: ¿Qué opinó su familia acerca de que dejará la publicidad y se dedicará al periodismo?


R: Mis padres siempre han aceptado lo que yo dijera, el empezar a estudiar periodismo no sabían que tenía pensado hacer, pero cuando empecé a trabajar presentando un informativo en una televisión local, ya ellos veían mi futuro más claro, tangible y posible. Ya de la televisión local pase a la radio, me fui a Onda Cero.


P: ¿En su trayecto en la facultad recuerda con especial cariño algún momento?


R: Son muchos los momentos que recuerdo con un gran cariño. El primer año de carrera nosotros teníamos la universidad en el campus de Reina Mercedes y para ir hasta allí, tenía que coger dos autobuses. Los primeros días conocí a un compañero que tenía coche, se llamaba Junior, era músico. Recuerdo con especial cariño que quedamos en una plaza por allí cerca todos los días, para ir juntos a la universidad. Tenía un opel corsa blanco y siempre iba escuchando el programa de "Goma espuma". Por eso cada vez que escucho ese programa o veo un opel corsa blanco me acuerdo de aquella etapa. Después, lógicamente lo que todo estudiante recuerda con cariño son las fiestas.



P: ¿En ese entonces, cuál era su mayor referente en la comunicación?


R: Yo no tenía grandes referentes, empecé a descubrir referentes cuando estaba dentro, y creo que eso le pasa a mucha gente, pues todos podemos tener una idea del periodismo, pero hasta que no estamos dentro no te empiezas a "empapar" de verdad.

Para mí, mi referente durante mucho tiempo ha sido Carlos Herrera, es un gran comunicador. También es verdad, que cuando empecé a trabajar en Onda Cero conocí a quién yo siempre he dicho que es mi maestro en la comunicación, Cristobal Cervante. Fue el primer jefe que yo tuve, el primer locutor de radio de toda la vida y con quién aprendes todo.

Para mí, se convirtió en un referente y de hecho a día de hoy todavía cuando hago radio o televisión, hago cosas que digo, esto que estoy haciendo es de Cristobal.


P: ¿Se sentió apoyado/respetado por sus compañeros en sus primeros pasos en la radio profesionalmente?


R: Fue una situación muy difícil porque empecé a trabajar en Onda Cero con 20 años. Llevaba a cabo muchos programas y tenía un sueldo bastante digno, teniendo en cuenta que ni siquiera había terminado la carrera. Entonces cuando eres tan joven y entras en un sitio, lo primero que piensa la gente es que estás enchufado. Lo que no saben, es el proceso de selección que hay para que te elijan. Yo empecé como becario y al año me hicieron un contrato fijo indefinido en Onda Cero, por una serie de causas, circunstancias, casualidades...entonces todos me conocían como el niñato de la radio.


P: ¿Duró mucho esa situación?


R: Cuando entras en un sitio siendo el más joven te sientes arropado por la mayoría, lo que pasa que no dejas de ser el niño, pero ya hay un momento después de unos años, donde los compañeros que te decían el niño o el niñato, pues te llaman y te felicitan por el pedazo de trabajo que has hecho, la pedazo de entrevista que has realizado o la gran exclusiva que has conseguido. En ese momento empieza haber un respeto mutuo.


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"No hay que limitarse a un solo trabajo, hay que inventar cosas nuevas"

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P: ¿Cómo llegó a Onda Cero?


R: En la vida no solo importa el componente personal sino también el componente de la suerte. Yo fui a Onda Cero con 19 años porque a mi hermano pequeño le invitaron para concursar en un programa, ya que cantaba muy bien. Mi madre me dijo si les podía acercar con el coche a el Corte inglés y le dije que sí, pero que no me podía quedarme porque no había aparcamiento en el centro. Cuando los dejé, tuve la suerte de encontrarme con un aparcamiento y me quedé para poder ver a mi hermano. En aquel programa estaba Cristobal Cervantes como presentador, Carlos Herrera de invitado, los padres de los niños y los niños.

Cuando terminó, mi madre se acercó a Cristobal, Carlos Herrera, al productor... y me presentó como si fuera Matías Prats (risa). Cristobal y otro periodista que trabajaba allí, Óscar Gómez, me dijeron que les llevará el currículum, puesto que iban a empezar el proceso de selección de prácticas. Al día siguiente, lo llevé y me llamaron. El proceso de selección se basaba en tres fases: entrevista de actualidad, una prueba delante del micrófono y una entrevista con el director de la emisora.

Tras todo eso, me cogieron y empecé hacer las prácticas en un departamento. A los 6 meses se dio de baja el padre de Juan Carlos Velez, por lo que me hicieron mi primer contrato. Después de eso, al año, esta persona fallece, y Onda Cero me contrató de manera indefinida.


P: ¿Alguna vez se planteó dejar el periodismo o pensaba que no servía para ello?


R: No he tenido tiempo para hacerlo, me ha ido muy bien. Yo siempre he estado metiéndome en cosas nuevas todos los días y puedo estar trabajando en la radio y la tele, y a su vez, estar escribiendo un libro o montando una empresa. Hago muchas cosas de manera paralela, no me quedo quieto, eso me ha permitido tener un abanico de posibilidades en mi vida muy bueno. Realmente, le tengo respeto a las crisis, pero no le tengo miedo, porque he ido creando a lo largo de mi vida una serie de red de contactos que si alguien me falla, el otro me puede ayudar.

No hay que limitarse a un solo trabajo, hay que inventar cosas nuevas. Cuando yo trabajaba en televisión se me ocurrió escribir un libro, y lo escribí. Después de eso monté una pequeña agencia y fui puerta por puerta buscando patrocinadores para ver si podía sacar ese proyecto adelante. Más adelante a mis compañeros y a mí, se nos ocurrió hacer caramelos para las hermandades de Sevilla y registramos una marca, vendiendo un total de 15.000 kilos de caramelos.

Yo tenía compañeros que llegaban de trabajar y se ponían a jugar a la play. Yo me ponía a escribir un libro que se llamaba "Pesadillas taurinas". Todo se retroalimenta, al trabajar en la radio y la televisión, tienes más oportunidad de sacar un libro, puesto que ellos están garantizando que ya va haber una previa promoción, y eso hace que sea más fácil el encontrar una editorial que quiere apostar por ti.


P: Todo lo que nos ha contado es bueno, ¿hay algún mal momento?


R: Muchos malos momentos.


P: ¿Alguno específico que le marcará?


R: A ver para mí, mi peor momento en mi vida es cuando fallece mi madre, era un momento profesional muy bonito, estaba empezando. Yo siempre he dicho que una de mis grandes penas es que mi madre no me ha visto trabajar en televisión, yo sé que hubiera estado orgullosa de mi.

En lo profesional, siempre he tenido cosas que hacer, así que algún momento malo serían las "meteduras de patas" que cometes trabajando, y que son imperdonables.


P: Ha pasado por diferentes formatos, ¿cuál es el que más le apasiona?


R: Más que formatos, yo te diría que de los programas por los que he pasado, con el que más he aprendido y el que más satisfacción personal me ha producido en cuanto a cultura general, es un programa que presentaba en Canal Sur que se llamaba "Abrapalabra". Trataba sobre el habla andaluza, me encantaba, y además tenía una posproducción fantástica.

Por otro lado, trabajar en Andalucía Directo lo que te da, es una escuela de vida brutal y una formación periodística increíble, porque te conviertes en un periodista todoterreno.


P: ¿Qué es lo que menos le ha gustado/gusta de la profesión?


R: Lo que menos me gusta, es que eres periodista 24 horas. Es muy bonito pero también es agotador. Estás constantemente viendo planos en tu cabeza y encontrando un reportaje en todas las historias y acciones cotidianas. Llega un momento donde eres un enfermo de esta profesión, eres adicto.


P: ¿Eso ha afectado a su vida personal?


R: Me ha afectado mucho en mi vida personal, muchísimo, porque no todo el mundo aguanta a una persona que está las 24 horas conectada.


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"Necesitamos ilusiones por las que vivir cada día, nuevos proyectos"

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P: ¿A raíz del nacimiento de su hija, ha cambiado algo o ha repercutido en su carrera?


R: Evidentemente, primero porque ya hay temas que me cuestan mucho más trabajo abordar, que son los relacionados con los problemas de la infancia. Me cuesta mucho más trabajo por una cuestión sentimental.

Me estás entrevistando en un punto donde le he dado a mi vida un giro de 180 grados, yo llevaba 10 años en un programa que no te permitía ir a un cumpleaños de una amiga de tu hija o quedar para tomar algo entre semana con tus amigos de toda la vida. Yo me he llevado comiendo fuera de mi casa durante muchos años, no sabía lo que era recoger a mi niña del colegio. Entonces cuando te das cuenta que te pegas semanas enteras sin escuchar como evoluciona tu hija, por ejemplo, en el habla, y en una semana pasa de decir papá, a decir, quiero agua, cuando te lo pierdes, te hace replantearte muchas cosas.

Imagínate si eso es para un padre, para una madre. El problema de las cientos de reporteras madres que hay ahora mismo tiradas en la calle, todavía hay que avanzar bastante en eso.


Fuente: Educa Smile


P: De todos los reportajes que ha realizado, ¿con cuál se queda? ¿ alguno le ha marcado de una manera especial?


R: Uno que me ha marcado porque se que con la emisión de ese reportaje se ha podido salvar una vida, es el reportaje del cáncer de mama en hombre. No me marcó por la ejecución ni nada, pues yo llevaba poco tiempo, sino porque el mensaje pudo salvar alguna vida.

También uno que me impresionó fue el de una mujer de 40 y pocos años que había estado con covid en el hospital y estando allí, le diagnosticaron un cáncer. Estuvo mucho tiempo ingresada y la familia le preparó un recibimiento para cuando le dieran el alta. Se dieron las circunstancias de que esa mujer tenía cuatro hijos, como somos nosotros en nuestra familia, cuatro hermanos, tenía prácticamente la edad que tenía mi madre cuando falleció y sentí por otros muchos motivos, mucho paralelismo con la historia que yo había vivido en lo personal y ahora lo estaba contando desde fuera. Eso me emocionó, yo no suelo llorar, es difícil, de hecho tengo fama de ser arisco, y esa conexión en directo me marcó porque me hizo recordar muchas cosas.


P: ¿Algún reportaje que no le gustará?


R: Siempre pienso que todos los reportajes los podría haber hecho mejor. Un reportaje que tú terminas y te sientas plenamente satisfecho porque dices que lo has bordado, no existe. Nos pasa como los artistas, cuando sacan un disco y vuelven a escucharlo, se preguntan cómo han podido hacer eso. Nunca estás plenamente satisfecho con el trabajo, es imposible, eso es bueno, porque significa que te autoexiges.

Si yo cojo ahora un libro que he escrito, me dan ganas de tirarlo a la basura, y digo, como he podido publicar esto. Muchas veces con los reportajes igual. Cuando es un reportaje por encargo, se hace el triple de pesado, no estás satisfecho, ni motivado, y eso se nota.

Tenemos que ser lo suficientemente profesionales para que eso no se note en el resultado, evidentemente una exclusiva, la trabajarás de una manera más efusiva.



UN GIRO DE 180º EN SU VIDA

Fernando García Haldón (Sevilla, 1978) es un sevillano de pura cepa nacido en el hospital Vírgen del Rocío. Se crió muy cerca de Santa María de Ordás. Antes de acceder a la Facultad de Comunicación de Sevilla (entonces, en Gonzalo Bilbao) pasó toda su juventud como estudiante en el colegio de los Salesianos de la Trinidad. Desde que descubrió su vocación debido a momentos fortuitos de la vida, no ha parado ni un sólo momento de ejercer el periodismo que tanto le gusta.

Su peor momento en la vida coincide con el fallecimiento de su madre,en ese momento se encontraba en un bonito momento profesional. A día de hoy, la vida de Haldón ha dado un giro de 180º tras el nacimiento de su hija, Vida. Ahora, su hija es el centro de su vida, y debido a que su trabajo hizo que se perdiera partes de su evolución, empezó a repleantarse todo.


P: Respecto a los tatuajes de su brazo, ¿todos tienen algún significado especial?


R: Si, el primero que me hice fue el de mi apellido, porque me gusta y todos me conocen por él. Después me hice un árbol, que tiene un fruto con unas manos que le agarran, este tatuaje me lo realice cuando estaba en la radio. Como bien dije, estando allí, pasé una época mala, porque era muy joven y me criticaban. Alguien me dijo una vez algo que me gustó mucho y era un proverbio árabe : "Solo el árbol que da fruto se le zarandea", yo me sentía así, intentando alcanzar el fruto, que en este caso era mi trabajo como periodista.

Los últimos fueron una composición con los ojos de mi madre, el faro de chipiona con su orilla, y para finalizar el nombre de mi hija, Vida.


P: ¿El nombre tan peculiar de su hija tiene alguna historia detrás?


R: La historia del nombre de mi hija, es que todos pensaban que le iba a poner el nombre de mi madre, pero yo decía que no, que mi madre era una persona y mi hija otra, pero sí que tendría un nombre que nos inspirara la alegría que nos había quitado la pérdida de mi madre. El hecho de que tuviera una niña, era un acontecimiento, porque mi madre siempre quiso tener una, por lo que su nombre simboliza la vuelta a la felicidad y todo eso se engloba en la palabra, Vida.


P: Ha escrito diversos libros del mundo cofrade, además de ser ahora presentador de la Casa Hermandad TV, ¿es un verdadero devoto o creyó que hablar sobre Semana Santa sería un buen negocio?


R: Todo lo que tiene que ver con la industria de la Semana Santa funciona en Sevilla, si se hace bien, más todavía. Yo empecé a presentar el programa de Casa Hermandad que hacemos a través de vía YouTube por necesidad. Dos tipos de necesidad, primero porque había dejado la tele, estaba cansado, pero me apetecía hacer algo relacionado con ello de vez en cuando, y también coincide con una etapa difícil, que es el confinamiento por la covid.

La escuela empieza a impartirse de manera online y nos quedamos con un local que mantener, con medios parados... había que buscar una salida. Entonces pensamos en hacer un programa para aprovechar que la gente estaba en casa. Tuvo su fruto, puesto que muchas hermandades querían que emitieran sus cultos vía streaming para que se pudieran seguir, entonces empezamos a levantar parte del negocio de esa forma. Todo lo que he hecho relacionado con la Semana Santa ha sido porque me gusta, aunque no sea un gran conocedor, y además, pues da resultado económico.


Fuente: @casahermandadtv


P: ¿Cuál es el fin de los diversos cursos de reporteros que ha impartido, entre ellos, la Escuela de Reporteros?


R: A mi me da mucha pena, comprobar que la gente que llegaba a hacer prácticas en los sitios donde trabajaba estaban muy perdidos. Sinceramente, pensaba que hacía falta una formación mucho más concreta, porque es que llegaba la gente licenciada sin saber hacer un reportaje en la calle.

Esto es una empresa de comunicación y pensamos que la formación en esa línea podría ser interesante. Todo eso, crearía un feedback dentro del mundillo que haría que la vida dentro de la escuela y de los cursos de formación de reporteros se mantuvieran. Lo hicimos más como inyección de marca que por lo económico, y yo creo que nos ha funcionado.


P: ¿En qué ha cambiado el Fernando de ahora con el Fernando que inició esta profesión?


R: Ha cambiado mucho, eso es una cosa que no descubres por ti mismo sino por lo que la gente te dice. Hay cosas muy duras, y a mi hay gente que me dice que antes de dedicarme al periodismo era una persona más cariñosa, más alegre. Esta profesión me ha cambiado por completo.


P: ¿Cómo periodista le queda algún sueño por cumplir, presentar un programa a nivel nacional o mediático?


R: La presentación de un programa a nivel mediático, la verdad que no me afecta, si algún día me llaman y me ofrecen algo que me apetezca, lo haré, pero la verdad que con el tiempo cada vez vas perdiendo más esa esperanza o esa idea.

Si yo te dijera que no tengo sueños por cumplir, me quitaba la vida, yo no creo que se pueda vivir sin sueños, yo no podría, no me podría levantar cada día sin tener una ilusión nueva. Necesitamos ilusiones por las que vivir.

Puestos a soñar, me gustaría producir un programa propio y que tuviera éxito, que mis propios alumnos de la escuela pudieran producir o formar parte de la redacción de un programa de éxito.


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"Los periodistas tienen el poder de la información y deben saber usarlo"

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P: ¿Qué consejo le darías a un futuro compañero de profesión?


R: Yo estoy permanentemente dando consejos. Tal vez no son consejos, sino experiencias personales que a lo mejor sirven en algún momento. El año pasado escuché a Fermín Cabanillas, periodista, decir algo que me encantó : “Date cinco minutos antes de decir que no”. He visto oportunidades perdidas por gente que ha dicho que no, en lugar de darse cinco minutos para pensar.


P: ¿Qué significa para usted, a día de hoy, el periodismo?


R: Me parece algo fundamental, pero está tan pervertido que, o seguimos apostando por el periodismo libre, o al final los periodistas se van a dedicar a escribir o ponerse delante de una cámara en función al medio en el que estén trabajando.

Somos muy románticos cuando hablamos de periodismo, aunque es verdad que ahora hay una cantidad de formatos nuevos que permiten ejercer otro tipo de periodismo, pero el periodismo independiente por mucho que lo quieran vender es imposible, porque siempre estará condicionado por algún factor.

Confío o creo en el periodismo de cercanía, yo siempre he pensado que desde mi profesión puedo ayudar a la gente. Tenemos que ser personas que con nuestro trabajo seamos capaces de ayudar a otras personas, porque el periodismo logra que ayudes a los demás. Tenemos un poder, que es el poder de la información, y ese poder lo podemos usar tanto para el bien como para el mal, todo depende de nosotros. Si hacemos periodismo para hacer el bien, bienvenido sea.


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