El silencio de los otros
- María López Brhili
- 22 dic 2021
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 29 dic 2021
El documental dirigido por Almudena Carracedo que cuenta la lucha silenciada de las víctimas del franquismo

El silencio de otros de la plataforma de Netflix confirma con varios testimonios los hechos ocurridos durante el franquismo, a pesar de todas las atrocidades que llevó a cabo el dictador en su mandato también contaba con muchos seguidores, esto hizo que su cuerpo sin vida permaneciera en un mausoleo llamado El Valle de los Caídos. La barbarie de enterrar a un dictador que había dejado atrás una cifra de 140.000 víctimas inició una lucha que sigue vigente a día de hoy, acabar con toda una apología fascista.
La contribución por parte de personajes públicos como Jose María Aznar, Mariano Rajoy y Felipe VI con sus numerosos mensajes de apoyo a cerrar las heridas del pasado, no contribuyen de forma favorable a las víctimas del fascismo, puesto que la única salida posible es la de la justicia, las víctimas no buscan venganza, sino cuerpos.
Pero el pacto de olvido ha conseguido que los jueces de España no puedan investigar el caso. Baltasar Garzón, conocido por intervenir en una investigación fue condenado por prevaricación, más tarde absuelto por el Tribunal Supremo, pero el problema de todo esto es que los crímenes no resueltos no prescriben y menos aún cuando toda una generación los recuerda.
Opinión de un twittero sobre el documental de Carrecedo | Fuente: Twitter
La petición de justicia formó la Querella Argentina, encargada de intentar hacer justicia desde otro país, algo muy difícil pasado los años, pero muy necesario para que las personas cierren de una vez por todas las heridas del pasado, el proceso de hacer justicia contra el genocidio impulsado por Darío Rivas, víctima de la muerte de su padre, sigue vivo en Buenos Aires.
Centrándonos en el territorio español podemos catalogar a España como un país que mantiene en una menor medida, esa apología franquista que la Ley de Amnistía propuso olvidar, con el primer aniversario de la muerte de Francisco a Franco, el 20 de noviembre de 1976, la población franquista alzaba el brazo derecho en honor al dictador mientras cantaban el “Cara al sol”, este aniversario se puede seguir presenciando en los tiempos que corren, aunque la presencia de esta apología haya decaído debido a que el nuevo gobierno formado por la coalición del Partido Socialista Obrero Español y Unidas Podemos han elevado el coste de las multas por el incumplimiento de la Ley de Memoria histórica, encargada de castigar la apología franquista.
El Pacto del Olvido español se usó también como el fin de las dictaduras de otros países, pero con constancia poco a poco, cada uno ha conseguido derogar este pacto y llevar a juicio a ex dirigentes, policías y jueces. A diferencia de España, una gran parte de la población sigue considerando que vivió en una España grande y poderosa, estos pensamientos han sido promovidos al grito de “España Viva” renaciendo una defensa de la dictadura hasta en los jóvenes.
En los últimos años la presencia de los partidos de ultraderecha se ha hecho notar, aumentando así su número de votos en el Parlamento, los considerados “herederos del franquismo” por otros partidos políticos, mantienen firmemente la idea de no condenar al franquismo. “Somos herederos y la historia es la que es” han manifestado los portavoces.
La propuesta de derogar la ley de Memoria Histórica se fundamenta en culpar al gobierno de borrar casi 40 años de la historia española, ¿Pero qué es lo que realmente se ha olvidado?, la figura del ex-caudillo Francisco Franco sigue siendo exaltada en lugares públicos y con una respectiva simbología, sin embargo, los familiares de los caídos en la dictadura no disponen aún de sus restos, las exhumaciones en España van a cámara lenta y aunque estén ahora en procedimiento, más de 100.000 aún esperan. Las pruebas de ADN son un adelanto científico para el procedimiento de exhumación y así evitar el volver a archivar el caso.
EL GENOCIDIO ABSUELTO
La ley de Amnistía, o más conocida como Pacto de Olvido, se aprobó el 14 de octubre de 1977 con 296 votos a favor y 2 en contra para incapacitar el juicio de todos los crímenes ocurridos antes del año 1976. Aunque las autoridades del momento consideraban esta ley como un pacto entre vencedores y vencidos para así olvidar todos los horrores cometidos en la dictadura franquista, los partidos políticos que se vieron envueltos en el mayor genocidio contra la humanidad decidieron pasar página pero los errores del pasado que no se resuelven siguen presentes.
Este pacto de olvido presente en la actualidad ha provocado un gran desconocimiento en la población española, el 92.7% de las personas con edades comprendidas entre los 18 y 25 años afirman desconocer gran parte del régimen franquista. El principal problema de este desconocimiento por parte de la juventud española se verá reflejado a la hora de enseñarles a sus hijos una historia que ellos mismos desconocen. Según el mismo estudio de porcentajes en jóvenes, la dictadura franquista no tiene peso en la educación postobligatoria, en estos años de formación la historia de nuestros antepasados más cercanos está por debajo de la época griega y romana. Pero todos nos preguntamos; ¿Por qué este borrador en la historia española?
“Los malos de la historia de España”
Un capítulo del historiador Juan Carlos Losada, denomina a Carmen Polo de Franco la gélida crueldad. El estudio de este historiador sobre Carmen nos conduce a las conductas de Carmen Franco, una mujer sin compasión, amante del poder y con un gran nivel de aislamiento.

La principal acción de Carmen Polo en la dictadura fue el desconocido Patronato de la mujer, un reformatorio para niñas y mujeres que se sitúan lejos de las doctrinas religiosas, teniendo como finalidad del patronato “La dignificación moral de la mujer, especialmente de las jóvenes, para impedir su explotación, apartarlas del vicio y educarlas con arreglo a las enseñanzas de la Religión Católica”, recogido en el Decreto del 6 de Noviembre de 1941.
Las vivencias del Franquismo
Contamos con el testimonio personal de Maria del Carmen Parralo Villar, una mujer de 81 años, víctima de la dictadura franquista, para preguntarle acerca de este adoctrinamiento religioso hacia la mujer y de su supervivencia en todo el régimen franquista. Carmen nunca siguió los parámetros que caracterizaban a la mujer como el ideal de la época, su padre, Antonio Villar, un gran seguidor de Francisco Franco le daba palizas de forma repetidas.
“Recuerdo a mi padre tirando al fango nuestra comida y dándonos dinero para comprar la que se comería delante nuestra, esto era para él una forma de que aprendiéramos”, alega la víctima que se alimentaba de pan duro junto a sus otros tres hermanos.
El padre de Carmen era amigo de los guardias civiles de la época, hasta que un día decidió contarle a uno de ellos que la marca que presentaba su rostro era propiciada por la correa de su padre y no por un golpe con la puerta como dijo él. Su padre seguidor del dictador tenía como ideal de mujer, una fémina sublime para los hombres, ya fuesen sus maridos o sus padres, esto la llevaba a numerosas palizas.
El hombre con el que se casó era todo lo contrario a su padre, manifestaba por los trabajadores y todo el mundo lo seguía. El día de su boda, su padre le dio una gran paliza por haber asistido a la peluquería, cuenta que siempre se arrepintió de tenerlo presente en su gran día.
Para su desgracia, bajo una época marcada por los ideales políticos y religiosos Carmen tenía un hermano menor que llegada su juventud se dio cuenta de que era homosexual. El chivatazo de la orientación sexual del menor podía conducirlo al pelotón de fusilamiento, aún así no llegado a este punto se enfrentaba a continuas palizas, la madre también era víctima de malos tratos por su marido, culpándola así de la orientación sexual de su hijo.
“Nunca olvidaré cuando mi padre sentaba a mi madre y a mi hermano en una silla, mientras les daba una paliza, ambos sufrían ataques de epilepsia”, manifiesta Carmen. Posterior a los hechos, el padre acudió a expertos pero nada logró hacer, el hermano de la víctima viajó a Francia para alejarse de su padre, allí bailaba a cambio de dinero que utilizaba para alquilar una habitación y tener para comer. Cuando regresó a España tras la muerte de su padre, presentaba cáncer de colón, murió a los 59 días de ser ingresado. Su felicidad, en cambio, estuvo marcada por salirse de la dictadura para vivir libremente con su esposo, ambos viajaron a España para conocer a la familia de su hermana antes de su muerte.
En los recuerdos de Carmen, destaca la historia de su amiga, de la cual recuerda su rostro pero no su nombre. “El marido de Josefa no era uno de ellos, las personas que trabajaban para Franco lo buscaban para fusilarlo y él se hizo un túnel debajo de la cama de matrimonio para estar ahí durante el día, salía para estar con su familia solo por las noches”, declara. El fusilamiento por no ser seguidor de Franco llevaba a la población a situaciones extremas.
El 20 de noviembre de 1975, Carlos Arias Navarro comunicaba a España la muerte del dictador español, Francisco Franco. “No recuerdo lo que pasó el día que Franco murió, solo sé que me harté de bailar”, expresa Carmen con una sonrisa. La muerte de Franco desencadenó el cierre de los colegios y de otras instituciones en el fatídico día, aunque se preveía una gran tristeza, la población española presentaba un rostro de felicidad por el fin de la dictadura.

Carmen menciona que nadie esperaba el final de la dictadura, la creencia de que pasase a Carmen Franco Y Polo, hija del dictador, era mayor, ya que sabían que esa era la voluntad de Carmen Polo, su madre. Para sorpresa de todos, Franco pactó en sus escritos la llegada de Juan Carlos I, dando lugar a la democracia posfranquista de España.
Por otro lado, tenemos el testimonio de Dolores Bilbao, otra de las víctimas de la dictadura franquista, con 85 años de edad, asegura desconocer la época y que la información que aporta está limitada, no recuerda cómo se vivía, pero recuerda la cartilla de racionamiento que el franquismo utilizó para controlar la distribución de mercancía alimenticia, se asignaba a las personas sus correspondiente ración en los productos más escasos.
“Recuerdo como mi madre cocinaba la piel de la fruta”, expresa Dolores.
El escaso recuerdo de la penumbra se refleja en su rostro, aunque la memoria se deteriore a los largo de los años es difícil conseguir borrar de la mente todo un conjunto de atrocidades.
Pasados los años, el fin de la era franquista no era considerado una clara victoria, la ley de Amnistía firmada por el nuevo rey del estado español pactaba que hablar de Franco era hablar del pasado, pero aunque muchos quisieran dejar atrás toda una dictadura, otros no eran capaz de olvidar el fusilamiento o la desaparición de sus familiares.
La felicidad de las personas por conseguir la exhumación de sus familiares de las fosas comunes cierra más heridas que cualquier pacto de olvido. Seamos conscientes de lo que verdaderamente merece una generación para cerrar su pasado. Dejar las heridas abiertas y casos sin resolver no es pasar página, estudiar la historia desde que comienza la dictadura tampoco es conocer los precedentes. La historia no enseña sino se conoce y el olvido solo genera desconocimiento, ocultar toda una etapa es un atentado contra el saber humano y no condenarla es otro atentado para el que la sufrió.
Conociendo ya lo que significa la Ley de Amnistía, ¿qué es capaz de perdonar un país que no condena un genocidio?
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