Deporte de élite y maternidad: una gran odisea
- Marta Granja Barrero
- 20 dic 2021
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 28 dic 2021
El miedo y el desconocimiento sobre el futuro pueden llegar a intimidar a las gladiadoras del mundo deportivo, pero el kit de la cuestión recae sobre la falta de ayuda económica y laboral

“Soy profesional desde los 14 años, incluso después de una lesión de seis meses los patrocinadores me apoyaron. Solo me dejaron sola tras el parón por ser madre”. Impactantes palabras para el Comité Olímpico Español de Blanca Manchón, una windsurfista que obtuvo el diploma olímpico en el año 2004. Como bien expone la Fundación Andalucía Olímpica, ha sido seis veces campeona del mundo, una vez de Europa y fue nombrada como la Mejor Regatista en el año 2010. Sin embargo, estos éxitos parecieron insuficientes cuando se sumó un título más a la lista: el de madre.
Son muchas las deportistas que tienen que sufrir comentarios negativos por estar embarazadas y ser a la vez deportistas, ya que existe la creencia de que puede ser peligroso para el bebé. Uno de los casos más famosos es el de la tenista Serena Williams, quien ganó el abierto de Australia hace ya 4 años y en ese momento ya sabía que estaba esperando una hija. Según publicó El País en 2017, se mantuvo en silencio por el miedo a que le quitaran la oportunidad de participar en uno de los torneos de tenis más importantes del mundo deportivo. No obstante, aunque se sigan produciendo casos como este, el doctor Thomas Reilly asegura en un estudio que el embarazo no tiene por qué ser una prohibición para hacer deporte, según publicó en 2010 El Norte de Castilla.
El doctor Thomas Reilly asegura en un estudio que el embarazo no tiene por qué ser una prohibición para hacer deporte
Aunque la ciencia hable, la sociedad tapa sus oídos. La maternidad significa aún hoy posponer en la mayoría de los casos sus carreras profesionales. ¿Cuál es el origen de este problema? Desde la llegada de la figura de la mujer a la educación, la investigación y el resto de ciencias, la idea de la imagen corporal de esta ha ido variando. En un principio, la mujer no disponía del control de su propio cuerpo, sino que debía limitarse a ofrecerlo socialmente a la función de la maternidad y la imagen de este se medía con otros valores. En este momento y desde el punto de vista cultural, las familias empezaron a estimular a las niñas a elegir un itinerario deportivo que no entrase en conflicto con los estereotipos tradicionales de género, dejando así a un lado los deportes considerados tradicionalmente “masculinos”, como el fútbol, baloncesto, tenis, rugby, golf, etc.
Es por ello que en los primeros sesenta años de los juegos olímpicos actuales la competición profesional de mujeres deportistas es casi inexistente, a excepción de algunas que compitieron en los Juegos de París de 1924 y de Roma de 1960. Según el estudio Análisis del deporte femenino español de competición desde la perspectiva de protagonistas clave, es a partir de 1975 en la transición demográfica cuando, junto con la incorporación de la mujer a ámbitos sociales como el trabajo, la educación y la política; se incrementa la participación de las mujeres en todas las esferas del deporte y en especial en el de alta competición.

Hay una fecha clave en el estudio ya mencionado a tener en cuenta en la incursión de la mujer en el deporte: los Juegos Olímpicos de 1984, cuando se observa un incremento paulatino de la participación femenina española. Más tarde, en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, la mujer española se consolida oficialmente en el olimpismo. Es por ello que, después de tantos siglos de inaccesibilidad, resulta doloroso para las deportistas de élite tener que renunciar a su carrera. Esto ha llevado a que la maternidad se convierta en ocasiones en un tema tabú dentro de la profesión. “En mi caso, simplemente no se nombra la opción de ser madre. Ni se plantea”, dice la judoca Estrella López. Para esta deportista y psicóloga deportiva, la razón por la que muchas profesionales se retiren antes se debe a que “no todos los deportes permiten tantos meses de parón y ser posible volver, como el caso de Blanca Manchón. Imagino que psicológicamente es muy duro, pero diría que generalmente todas las chicas son conscientes de ello y no se lo plantean, lo hacen ya después de retirarse”.
“No todos los deportes permiten tantos meses de parón y ser posible volver”
Una realidad tan dura que Estrella lo tiene más que asumido: “No he tenido intención de embarazarme en este momento. El alto nivel te exige estar al 100% involucrado en ello, por lo menos en judo.” La incompatibilidad de poder optar a ambas condiciones es lo que llevó a la ex futbolista María Suárez a posponer la idea de ser madre: “Aún nos encontramos con muchas barreras y desconocimiento al respecto”. Sabía que si se quedaba embarazada su carrera deportiva “posiblemente habría llegado a su fin”, por lo que decidió retirarse definitivamente del fútbol antes de su primer embarazo.
El hecho de que aún exista una visión ideológica basada solo en los resultados inmediatos que consiguen las deportistas de élite acaba repercutiendo negativamente en ellas. Es necesario entender que cada una de ellas tiene diferentes necesidades deportivas, sociales y personales a lo largo de toda su carrera profesional, por lo que sería interesante plantear un nuevo sistema de valoración de resultados que contemple la maternidad como un factor clave que ostenta la mujer deportista. Una deportista que quiere tener un hijo a una edad de 27 años y que, deportivamente, puede tener un rendimiento hasta los 35, debería poder hacer una baja dentro de su carrera y no ser penalizada sin el respaldo de recursos y apoyo, porque por todos es sabido que no habrá resultados deportivos en aquella fase de su vida. Esta es una de las explicaciones sobre la decisión de posponer la maternidad para el final de su carrera deportiva.

No es igual en otros países. En algunos como Noruega y Dinamarca las deportistas son trabajadoras profesionales y, por tanto, tienen el derecho a disfrutar su baja por maternidad, situación inexistente en España. Esta circunstancia mantiene la discriminación en base al género en la práctica deportiva profesional en España. Aunque la situación logró cambiar un poco gracias a la publicación por parte del Consejo Superior de Deportes en la que se plantearon ayudas para todas las deportistas de alto rendimiento, desde la visión de las propias protagonistas la teoría sigue distando mucho de la realidad. Natalia González, lanzadora de martillo profesional, explica que “en España, cuando compites a nivel profesional te repercute negativamente quedarte embarazada ya que no puedes hacer los mismo entrenamientos ni con la misma intensidad, dado que tu cuerpo no está al 100% y tienes que adaptar los entrenamientos a los cambios de tu cuerpo, entre otras muchas cosas.”
Sin embargo, esta situación no es igual para todas las deportistas. Las condiciones laborales en las que se encuentra una profesional más reconocida condicionan directamente la acogida de la noticia de embarazo. Natalia tiene claro que “si eres reconocido, tendrás más ayudas que alguien que no lo es tanto”. En España, según un estudio de la Universidad de Sevilla aproximadamente el 66% de las mujeres deportistas, concretamente futbolistas, se siente descontento con su posición como deportista.

Aunque estos datos, de nuevo, cambian en otros países como Brasil, Canadá o Estados Unidos (donde el reconocimiento de las mujeres dedicadas al deporte de élite es mayor y, por tanto, las facilidades para compaginar la vida laboral y familiar son más favorables); han sido varios los casos polémicos. Ejemplo de ello es el de la jugadora del equipo de fútbol ‘Orlando Pride’, Sydney Leroux, quien sorprendió con una foto en su perfil de Twitter en 2019 entrenando cuando superaba los 5 meses de embarazo. También ocurrió con Alex Morgan, la delantera del mismo equipo, quien publicaba en su cuenta de Instagram un vídeo con un duro entrenamiento durante su gestación.
Vídeo de Alex Morgan publicado en su perfil de Instagram entrenando durante su embarazo. Fuente: @alexmorgan13
La receta para esta situación es alcanzar una mayor igualdad entre deportistas profesionales de ambos géneros, y el ingrediente estrella se encuentra en la legislación deportiva. Es necesario que las federaciones deportivas españolas impulsen políticas de género en el seno federativo e incorporen más mujeres a sus puestos de toma de decisión, formando al personal federativo en una visión con perspectiva de género y llevando a cabo programas de acción con el objetivo de incrementar mujeres en todos los estamentos. También cobran un papel relevante los medios de comunicación, quienes ejercen una gran influencia en el ideario social comunitario y ayudan a construir una realidad social con una opinión pública común. La presencia y visibilidad de los logros de las mujeres deportistas son un aliado clave para favorecer una mejor situación laboral de la deportista de élite.
Fotografías de la futbolista María Suárez entrenando junto a su hija. Fuente: @mariasuarez_17
María Suárez tiene claro el papel de la administración: “Una mayor flexibilidad que permita la conciliación familiar sin que esta afecte al rendimiento deportivo sería fundamental, además de la prohibición de abandono de patrocinadores y clubes durante el tiempo que no se esté compitiendo por encontrarse embarazada o de baja maternal”. Parece que desde el Gobierno se han hecho eco y el Ministerio de Cultura y Deporte publicó el Plan Director Deporte Inclusivo 2020 en que informa de que concede unas ayudas para todas aquellas madres deportistas que la necesiten, como ya se ha mencionado anteriormente. Pese a todas estas ventajas, es necesario añadir que también asegura en los requisitos que para obtener este tipo de ayudas “solo las puedan recibir las deportistas de alto nivel, pero las atletas podrán solicitar siempre que quieran un cuidador o guardería para dedicarse a sus entrenamientos con total tranquilidad y normalidad.” La meta principal que busca el Consejo Superior de Deportes con la aprobación de dichas medidas es la de impulsar que las deportistas que han tenido un recorrido de éxito no se retiren por este motivo y garantizar así su seguridad económica durante el proceso de maternidad.
“Las atletas podrán solicitar siempre que quieran un cuidador o guardería para dedicarse a sus entrenamientos con total tranquilidad y normalidad”
No es solo cuestión de becas y ayudas, sino de una mayor equidad en los sueldos. “Si yo tengo un buen sueldo durante 5 años puedo permitirme ser madre después y ya decidiré si vuelvo a la competición, pero puedo permitírmelo”, explica Natalia González. Un informe elaborado por FIFPro junto con la Universidad de Manchester señala que “el 49% de las futbolistas no cobra por jugar y el 87% finalizará su carrera deportiva antes de cumplir 25 años por la poca o nula remuneración económica que perciben”. El principal argumento que se emplea para justificar la distancia está relacionado con “el poder de atracción de las competiciones femeninas en comparación con las masculinas”. Una brecha salarial en el deporte de ambos géneros que poco favor hace para alcanzar una mayor igualdad.

A pesar del duro camino que tienen que soportar las miles de deportistas que hay en todo el mundo, una web especializada en maternidad asegura que son muchas las deportistas de élite que han logrado hacerse con un trofeo estando embarazada, han conseguido mantener cierta estabilidad económica tras convertirse en madre y, lo que es verdaderamente importante, han logrado que la maternidad y el deporte sean dos conceptos compaginables en el mundo del deporte femenino. Por tanto no es cuestión de actitud, porque de eso se ve que hay buen material. La nueva Ley del Deporte parece que nace como herramienta para la conciliación. Ahora la pelota está en el tejado de los legisladores.
Comments